jueves, julio 10, 2008

LA CAGASTE YNGWIE....LA CAGASTE!!!!!!

En la sala, llena hasta los topes, se respiraba un ambiente de fiesta heavymetalera, y no eran pocos los fans del guitarrista que coreaban, gritaban y aplaudían a rabiar por lo que otros tantos se dejaban llevar por la euforia de ver al carismático guitarrista hacer sus piruetas y numeritos circenses varios, mientras un anodino Tim “Ripper” Owens deambulaba por el escenario como el que da paseos de un lado hacia otro pensando en que va a hacer uno el próximo fin de semana abrumandonos con su torrente chorro de voz.. Mención aparte, (nunca mejor dicho), merece la banda que acompaña en esta gira a Yngwie, la cual apartada hacia una esquina, dejaban carril libre para las peripecias de un Malmsteen con morros de niño mimoso. Una banda profesional y efectiva en todo momento pero poco dada a ofrecer espectáculo..

No se pude negar que la gente se lo estaba pasando en grande, pero de repente todo cambió. Malmsteen estaba más pendiente de cosas como que su asistente de escenario le colocara la bebida en su justo momento, le afinara continuamente guitarras o le acercara las correspondientes toallas con las que secarse el sudor.

No dudo de la profesionalidad de este chico al cual se le veía algo abochornado debido a las continuas reprimendas de su “jefe” el cual de una manera bastante desagradable, le tiraba las latas vacías con cierta sorna para que el chico se agachase a cogerlas o le hacía continuamente gestos de cortarle el cuello por este o aquel detalle. Lo que un profesional no puede hacer es estar tocando un solo de un tema mítico y estar más pendiente del amplificador mientras ponía cara de asco, cuando tengo que reconocer que el sonido del concierto fue muy bueno y yo por lo menos no notaba tales problemas.

La cuestión es que el chico acabó tan confundido que la torpeza lo colapsó hasta tal punto de que no fueron pocos los momentos en los que se le cayeron las púas, tropezó con las guitarras o hacía amagos de ir hacia un lado cuando tenía que ir hacia otro. Esto, que ocurre en muchos conciertos, no se le daría tanta importancia porque al fin y al cabo uno está pendiente del artista del que va a disfrutar y son pocas las concesiones que se hacen para observar el trabajo de técnicos, rodies, etc…si no es porque Yngwie sí parecía querer demostrarnos con sus gestos que es todo un “jefazo” y continuamente girábamos nuestras cabezas hacia la esquina izquierda del escenario extrañados por tales ademanes, quizás una estrategia del sueco para que no prestásemos atención a la esquina derecha donde se encontraba la banda, no fuera a ser que le quitaran el protagonismo en las crónicas de los días posteriores.

Puede estar tranquilo Sr. Yngwie, como puede observar, esta crónica va dedicada a usted y solo usted, y como también puede observar, no le estoy nombrando una sola canción. Aahh!!… el resto de los humanos también hablamos con nuestro alter-ego
.
Tras 45 minutos de concierto, la banda se retira y empieza lo bonito.

Yngwie tarda más de la cuenta en volver a salir al escenario y Tim “Ripper” Owens intenta hacer la buena obra del día animando al personal con los consabidos oés-oés, ooós-ooós, a lo que la gente, sedienta de heavy metal neoclásico, respondía con estruendo. Lo raro fue que Owens parecía llegar un momento en el que estaba forzando la marcha , los minutos pasaban y el sueco se hacía el sueco.Finalmente, diez minutos después, la gente suspiró porque Yngwie salía a dar una buena dosis de bises , pero esta “buena dosis” constó de un tema alargado durante siete minutos tras el cual cogió a su banda y se despidió de todos nosotros tras la ráfaga de aplausos de una concurrencia que sonreía de medio lado y comentaba a su colega menos asiduo a conciertos, aquello de ¡Ahora, después del primer bis, se retiran nuevamente para volver a salir, tocar otros tres y acabar por todo lo alto!. Pobres insensatos.

Malmsteen decide dar carpetazo al concierto.

Los primeros instantes fueron de incomodidad .Nadie se movía de la sala, con la esperanza de que la banda saliera nuevamente al ruedo mientras el personal miraba en una mano el móvil que marcaba algo más de las once y en la otra la entrada que marcaba 32 E. Algo en las cuentas no cuadraba. Era imposible que por ese precio un artista ofrezca una hora escasa de show (siete u ocho temas , más o menos) a la que hay que descontar los diez/quince minutos que el sueco estuvo refugiado en el backstage. Parece que de repente la mayoría de la gente cayó en la misma conclusión y entonces la Sala A! se levantó en armas. Los gritos de ¡Manos arriba , esto es un atraco! o un más contundente ¡Hijos De Puta! invadió la sala y nadie se movía en unos instantes donde la tensión se palpaba en el ambiente.

Cuando parecía que podía ocurrir algo grave, un miembro de la sala salió a decir, medio titubeante y algo nervioso, la frase del día :“Tenéis que perdonar, pero Yngwie se ha puesto malo” a lo que la gente, ahora, además de estafada, se sentía puteada y respondió con gritos de ¡Fuera, Fuera!. Aún hubo tiempo de que este pobre hombre, dijera que una ambulancia había sido llamada para atender al guitarrista tras lo cual la sala se fue vaciando para seguir con la protesta en los exteriores , mientras se esperaba con impaciencia al vehículo de urgencias para seguir el transcurso de los acontecimientos.

Llegó la ambulancia y nadie entró ni salió de ella durante los veinte minutos que ésta estuvo en la calle con las luces encendidas, mientras una muchedumbre gritaba y rodeaba el vehículo pidiendo la cabeza del sueco para después pegarle una patada y mandarla directamente al mar, que se encuentra a escasos metros, para que fuera pasto de las gaviotas.

Sobra decir que no deja de ser “extraño” que un vehículo como una ambulancia, que hace servicios de urgencia, se permita el lujo de estar veinte minutos sin atender a nadie solo por hacer creer a la gente que realmente sí había pasado algo, lo que ayudó a incrementar el escepticismo de la gente y a decir aquello de: “A ver si va a ser verdad que le ha pasado algo y éste se nos queda tieso en Vigo”.Por lo menos a mi no me pareció demasiado ético, máxime cuando podía estar muriéndose otra persona en la otra esquina de la ciudad, pero bueno…

Tengo que aclarar en este punto, que Yngwie. J. Malmsteen no dió muestras de que su salud corriese peligro durante su actuación y decir que se despidió, normalmente, como cuando una banda finaliza un show. Ese sería el momento de decir a la concurrencia que “debido a que me encuentro mal, (o lo que sea) la actuación de esta noche debe ser más corta”. Está claro que se montaría el petate pero sería con algo más de clase. Solamente cuando la sala corría cierto peligro de ser destrozada, fue cuando se nos vendió la historia de la ambulancia. .....!!!!!45 minutos!!!!! un ROBO!!!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no soy fan y aún así tengo conocimiento de sobra acerca de lo mamón que es este cuate. digo, será todo lo chingón que es pero eso no justifica sus arranques con sus colaboradores y mucho menos con el que le da de comer, o sea el público. no tengo duda en que es todo un master en la lira, pero tampoco de que es muy poco profesional. lo bueno que no se la aplico a los fans mexicanos!


El Embrujado.

Unknown dijo...

El "divo" de yngwie, que vamos a decir que no sepamos ya de él.

No se donde fue este concierto que comentas pero no pude ir al de Bilbao y no me arrepiento. Solo me da pena por Ripper que es un buen cantante pero no encuentra su sitio.


Un saludo