Es innegable que la primera etapa de la banda constituyó uno de los capítulos inevitables del Heavy Metal europeo de principios de los 80, no en vano bandas hoy por hoy consideradas clásicas del género como pueden ser Helloween o Grave Digger han reconocido en multitud de ocasiones la influencia de estos pioneros teutones.
Con una portada que reflejaba claramente lo que ibas a encontrar en el disco (y es que si la cara de la guapa señorita demuestra asombro, la mía no era para menos al llevarme al oído el riff de apertura de “Starlight”). Sí señores, “Breaker” contenía todos y cada uno de los ingredientes del más genuino Heavy Metal: temas repletos de riffs contundentes y abrasivos (“Breaker”, “Run If You Can” o el citado “Starlight”), donde los duelos de guitarra Hoffmann/Fischer y la voz de Udo Dirkschneider te dejaban sin aliento, letras de contenido irreverente (“Son Of A Bitch”) y auténticos himnos metaleros (“Burning”, “Midnight Highway” o el emocionante “Feelings”) y, cómo no, baladas de esas que ponen la piel de gallina (“Can’t Stand The Night” o “Breaking Up Again”, entonada esta última por el propio Peter Baltes, bajo).
Y si “Breaker” era un excelente trabajo, “Restless & Wild” otorgaría la inmortalidad definitivamente a la banda teutona. ¿Cuántas veces no habremos disfrutado con el speedico y legendario “Fast As A Shark” o el contundente “Restless And Wild”? En este, su cuarto álbum, la banda conformada por los guitarristas Wolf Hoffmann y Hermann Frank Jr. (que sustituyó a Fischer), Peter Baltes al bajo, Stefan Kaufmann a la batería y, cómo no, el incombustible Udo Dirkschneider a la voz confirmó con creces las expectativas y parió un álbum completamente imprescindible dentro de este rollo. Si bien temas como “Shake Your Heads”, “Get Ready” o el atronador “Has Rocking Man” (lo que habrá mamado de aquí Mr. Boltendahl) seguían en la onda de “Breaker”, otros como “Neon Nights”, el épico “Don’t Go Stealing My Soul Away” o la dulce “Princess Of The Dawn” sin duda iban más allá, consagrando ya al grupo como verdadero referente en el círculo metálico y permitiéndoles girar con los mismísimos Judas, una de sus principales influencias.
Posteriormente vendrían notables trabajos como “Balls To The Wall” o “Metal Heart”, pero particularmente sigo prefiriendo la rabia y la fuerza que desprendían estos “Breaker” y “Restless...”, los cuales asentaron un sonido ya genéricamente entendido como “metal alemán”.
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