Ponemos el DVD y lo primero que pensamos es que nos vamos a encontrar con cuatro viejos manteniendo el tipo mal que bien. Craso error. Es cierto que los años no perdonan, pero la forma física de los cuatro integrantes de Heaven and Hell (menuda estupidez cambiarle el nombre a la banda, como si Tomi Iommi –propietario de la marca Black Sabbath- tuviera que rendir cuentas a nadie) queda fuera de toda duda. Su bajista es un tipo imperturbable, pero toca que se queda solo. En cuanto a Dio, el mejor de todos, menuda voz tiene el colega, menudos temas toca el pedazo de diablillo, una de esas voces cuidadas como pocas, sólo gente como Paul Rodgers o Rob Halford se le pueden comparar (al señor Coverdale de Whitesnake lo dejamos para después de su próxima cita con el otorrino). En cuanto al batería, Vinnie Appice, menudo pedazo de bestia.
Tomi Iommi a las seis cuerdas sigue siendo, antes que James Hetfield, el hombre de negro, el hombre inalterable como su bajista que ha visto y ha tocado cerca de leyendas como Jimmy Page o Ritchie Blackmore, sin tener que envidiar nada ni a uno ni a otro; no en vano, Iommi es creador de algunos de los mejores y más grandes (y más imitados también) riffs de guitarra de la historia del metal, reconocida influencia para gigantes como Megadeth, Sepultura, Biohazard, Rob Zombie, Ministry, Judas Priest... Uf, la lista de personalidades que adeudan a Iommi es impresionante, sería casi más sencillo hablar de los que no se han dejado arrastrar por su apasionado sentido del ritmo.
Está claro que no se han juntado sólo por oportunismo; baterías como Vinnie appice hay muchos, y nadie iba a notar la diferencia detrás de un montón de tambores, eso debe de pensar la gente; pero es que nadie puede tocar los temas de Black Sabbath con Dio como lo hace Vinnie Appice, un borrico en los tambores.
La puesta en escena es en un teatro a todo lujo, con un juego de luces sobrio pero eficaz, no hay pirotecnia ni nada de eso, nos recuerda a aquellos conciertos que grabó Yngwie Malmsteem en Japón en los ochenta, cuando empezaba.
La calidad de sonido es perfecta y la de imagen para qué contar. La realización superior, las cámaras están donde deben estar. Ciertamente el grupo ha hecho un trabajo de precisión, muy cuidado, sin dejar nada al azar, sabiendo que se juegan la reputación. Nadie parecía acordarse de ellos y mire usted por dónde resulta que se han destapado con el DVD metálico del año.
Pilladlo para Navidades, porque documentos visuales como este caben pocos en un quintal, amigos, lo digo en serio. Los fans de Black Sabbath seguro que no necesitaban este tipo de recomendaciones, el boca a oído funciona, y la voz ha corrido de una punta a otra de los mentideros del heavy metal: Black Sabbath han vuelto a caminar por las calles, recoged a vuestros niños, vigilad a vuestras mujeres, manteneos alejados de las figuras espectrales que merodean en los cementarios: esta noche toca a muerto.
Tomi Iommi a las seis cuerdas sigue siendo, antes que James Hetfield, el hombre de negro, el hombre inalterable como su bajista que ha visto y ha tocado cerca de leyendas como Jimmy Page o Ritchie Blackmore, sin tener que envidiar nada ni a uno ni a otro; no en vano, Iommi es creador de algunos de los mejores y más grandes (y más imitados también) riffs de guitarra de la historia del metal, reconocida influencia para gigantes como Megadeth, Sepultura, Biohazard, Rob Zombie, Ministry, Judas Priest... Uf, la lista de personalidades que adeudan a Iommi es impresionante, sería casi más sencillo hablar de los que no se han dejado arrastrar por su apasionado sentido del ritmo.
Está claro que no se han juntado sólo por oportunismo; baterías como Vinnie appice hay muchos, y nadie iba a notar la diferencia detrás de un montón de tambores, eso debe de pensar la gente; pero es que nadie puede tocar los temas de Black Sabbath con Dio como lo hace Vinnie Appice, un borrico en los tambores.
La puesta en escena es en un teatro a todo lujo, con un juego de luces sobrio pero eficaz, no hay pirotecnia ni nada de eso, nos recuerda a aquellos conciertos que grabó Yngwie Malmsteem en Japón en los ochenta, cuando empezaba.
La calidad de sonido es perfecta y la de imagen para qué contar. La realización superior, las cámaras están donde deben estar. Ciertamente el grupo ha hecho un trabajo de precisión, muy cuidado, sin dejar nada al azar, sabiendo que se juegan la reputación. Nadie parecía acordarse de ellos y mire usted por dónde resulta que se han destapado con el DVD metálico del año.
Pilladlo para Navidades, porque documentos visuales como este caben pocos en un quintal, amigos, lo digo en serio. Los fans de Black Sabbath seguro que no necesitaban este tipo de recomendaciones, el boca a oído funciona, y la voz ha corrido de una punta a otra de los mentideros del heavy metal: Black Sabbath han vuelto a caminar por las calles, recoged a vuestros niños, vigilad a vuestras mujeres, manteneos alejados de las figuras espectrales que merodean en los cementarios: esta noche toca a muerto.
Rockjeda
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