De acuerdo, Ozzy no es hoy lo que fue en otra época. A pesar de que sigue publicando buenos discos, ninguno es equiparable a maravillas del calibre de "No More Tears", "Ozzmosis" ó "Blizzard Of Ozz". Y una de las principales virtudes de éste increíble doble en vivo es que sirve de repaso exhaustivo a la carrera de Ozzy hasta ese momento (gira de "No More Tears") tanto en solitario como con Black Sabbath. Es que no se deja ni una. Ahí están "Crazy Train", "Paranoid", etc. De hecho, empezar con "Paranoid" es una jodida declaración de principios. ¿Quién se puede permitir comenzar con semejante hit universal hoy día? Poca gente, desde luego.
El álbum no da tregua, es un maldito hit tras otro. Escuchar del tirón "Shot In The Dark", "No More Tears" (ésta además íntegra) y la pequeña joya que es "Miracle Man" (del primer álbum con Zakk Wylde, el denostado "No Rest For The Wicked") no tiene precio. Al igual que disfrutar de "Black Sabbath" o "War Pigs", ésta última íntegra también, siendo la primera algo acortada.
Otro de los puntos fuertes del disco es la producción. La guitarra suena gordota, muy machacona, y los espectaculares solos del maestro Zakk suenan límpidos y cristalinos. La batería suena seca y contundente, al igual que el bajo, con mucho cuerpo. El teclado hace pequeñas incursiones, como en la archiconocida intro de "Mr. Crowley", que supone el primer gran momento del álbum. El primero de muchos.
Ozzy se encuentra en excelente estado de forma, tanto vocal cómo física (ver DVD de este mismo álbum) y está dicharachero y hablador con su público, aún a sabiendas de que lo tiene ganado de antemano.
Lo dicho, el que no lo escuche se estará perdiendo el que para mí es el mejor directo del Madman. Es una pinche joya que yo doy gracias al señor de poder degustar.
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