jueves, mayo 29, 2008

BAUL DEL RECUERDO: DEEP PURPLE

DEEP PURPLE “Made in Japan” (1972)

Verano del ’72, en Munich celebrando olimpiadas, y mientras tanto el Mark II de los Purple (Ian Gillan -voz-, Ritchie Blackmore -guitarra-, Jon Lord -teclas-, Roger Glover -bajo- e Ian Paice -batería-) que se dan una vuelta por la tierra del sol naciente por aquello de promocionar su más reciente LP “Machine Head”, su obra cumbre en estudio y que vio la luz aquél mismo año. Como resultado de la grabación de sus conciertos en Osaka (15 y 16 de agosto) y Tokio (17 de agosto) nació lo que ha sido el disco en directo más vendido en la historia del rock.

Se abre con “Highway star” a toda velocidad, clásico entre los clásicos, que mejora sensiblemente a la versión en estudio el citado “Machine Head”. En realidad todas las versiones de este disco tienen más fuerza que en estudio, por aquello de la espontaneidad del directo y una miaja más de mala leche que le echaron. Sigue con “Child in time”, tema de 12 minutos y pico de constantes y característicos duelos Lord-Blackmore “made in Purple” (otro claro ejemplo es “Lazy”) deja paso al riff más coñazo de la historia de la guitarra: “Smoke on the water”, que por otro lado sigue siendo la canción de hard rock quizá más conocida.

Si hubiera “discos de texto”, igual que libros, “The Mule” o lo que es lo mismo, la Ludwig de Ian Paice habría escrito aquella tarde en Tokio el solo más “consultado” por quienes gustan de aporrear parches con dos baquetas. Muy inspirado. Con “Strange kind of women”, asistieron los nipones a otro duelo, esta vez Gillan-Blackmore, con la voz de Gillan en pleno apogeo. Quizá esta sea el tema donde más se luce, además del “Child in time”, con demostración de capacidad pulmonar incluida.

Los casi 20 minutos de “Space Truckin’” ponen fin a este disco, referente e inspiración de muchos grupos posteriores a la hora de grabar sus discos en directo. Disco que, por cierto, apareció en el mercado en formato de doble en directo como alternativa a la -durísima- competencia, que se afanaba aquél año por parir obras en estudio super-curradas, como Pink Floyd (Dark side of the moon), Jethro Tull (Thick as a brick), Yes (Close to the edge) o E, L & P (Pictures at an Exhibition).

Solo las auténticas obras maestras como esta pueden seguir estando vigentes 30 años después.

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